La Kadushah del Matrimonio y de la Familia
D'varim (Deuteronomio) 21:10-25:10
Contenido :
La lectura de la Torah para este tema se encuentra en Deuternomio 21:10 al 25:10 y trata de la continuación del segundo gran discurso que Moshe está dirigiendo a la nación antes de su muerte y antes de la entrada a la tierra prometida.
En sentido general, todos los Mitzvot, testimonios y ordenanzas de esta sección de la Torah tienen el propósito de fortalecer la vida interna de cada familia creyente y los principios sociales que marcarían el orden y la decencia en donde se encuentre incluyendo la apropiada relación ecológica entre el hombre y la tierra y entre el hombre y los animales.
Enseñanzas.-
De las muchas enseñanzas contenidas en la TORAH, queremos destacar una en particular:
La Kadushah del matrimonio y de la familia.-
Varias ordenanzas nos son dadas aquí para afirmar la importancia de la Kadusha del matrimonio y de la unidad familiar. Aun en casos de guerra, la mujer deberá ser tratada con respeto y sin humillación.
Por otro lado, el primogénito no perderá nunca el derecho de su primogenitura por afectos paternales, sino que será siempre un principio a respetarse.
En otras palabras, no debe existir favoritismo paternal entre los hijos excepto aquellos exigidos por la propia Torah como responsabilidades especiales dentro de la familia.
En adición, la rebeldía de los hijos deberá ser evitada a toda costa y los padres nunca deberán perder su autoridad sobre ellos. En el evento que así suceda, será la responsabilidad de los padres traerlo a los ancianos de la Kehilaj para que hagan prevalecer el orden y la Shalom en cada familia.
Por otro lado, para que los hijos se levanten con puntos de referencia apropiados, nos está prohibido intercambiar la ropa del hombre por ropa de mujer y viceversa.
En otras palabras, ni el hombre debe usar ropa que es de mujer ni la mujer usar ropa diseñada para los hombres.
En virtud de este mandamiento, el hombre no solamente debe serlo, debe parecerlo.
De igual manera, la mujer no solamente debe ser mujer sino debe lucir mujer, debe lucir femenina en su vestuario, en su vocabulario, en sus gestos y en sus funciones.
El adulterio y la fornicación están prohibidos. Los hijos de YAHWEH debemos abstenernos de codiciar la mujer de nuestro prójimo y no ser nunca instrumentos para la destrucción de la unidad familiar.
Todos estos Mitzvot pues, tienen el propósito de afirmar la importancia de la Kadushah del matrimonio y de la familia y como nunca antes nuestra sociedad necesita revisar sus costumbres y prácticas a la luz de estas enseñanzas de la Palabra de Yahweh.
Solo en casos extremos y por la dureza de nuestro corazón, permitió Mosheh el divorcio.
Pero el plan original de Yahweh no es la desintegración matrimonial sino la preservación de la familia tanto como sea posible, la pareja tiene que esforzarse por proteger siempre el matrimonio y a los hijos y al hogar.
Si perdemos el matrimonio, perdemos la familia. Si perdemos la familia perderemos la sociedad.
Una sociedad conformada por familias disfuncionales, por familias desintegradas, será una sociedad débil, enferma y sicológicamente desestabilizada y desestabilizante.
En cambio, si los matrimonios son fuertes y los hogares sanos, tendremos una comunidad saludable donde cada vez será más difícil que aparezca el crimen, la perversión y la inseguridad.
Cuando vemos estas cosas en nuestras calles, estaremos cosechando los resultados del abandono de los sanos principios del matrimonio, el hogar y la familia según YAHWEH.
Como CREYENTES debemos hacer todo el énfasis necesario en hacer de los matrimonios y de los hogares tan fuertes como los Mitzvot de Yahweh y tan seguros como la Palabra que sale de la boca del Creador.
Conclusión.-
Ciertamente, las instrucciones de la Torah nos dicen lo que Yahweh espera de nosotros pero no tienen poder para controlar los apetitos de nuestra carne y sujetar la fuerza del pecado escondido dentro de nosotros.
Así pues, se hace necesario que primero el poder del pecado sea quitado para que los Mitzvot puedan entonces ser obedecidos apropiadamente.
Si le damos nuestro corazón a Yahshua Él nos lo transforma de uno de piedra a uno de carne para que entonces podamos realmente andar en sus caminos y guardar sus ordenanzas.
Como está escrito: "Os quitaré el corazón de piedra y os daré un corazón de carne para que andéis en mis caminos y guardéis mis preceptos y los pongáis por obra". (Ezequiel 36: 25-27).
Sólo con un corazón cambiado podemos agradar realmente a Yahweh y hacer Su voluntad como está expresada en los Mitzvot.
SHALOM
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