LA EMUNAH/FE QUE SANA.
MattiYaH/Mateo 15
21 Yahshúa dejó ese lugar y se fue a la región de Tzor y Tzidon.
22 Una mujer de aquella región en Kenaan vino a El implorando: "¡Adón, ten piedad de mí, Hijo de David! ¡Mi hija es cruelmente atormentada por poderes demoníacos!"
23 Pero Yahshúa no le dijo ni una sola palabra a ella. Entonces sus talmidim vinieron a El, y le exhortaron: "Dile a esa mujer que se vaya, porque nos está siguiendo y nos molesta con su lloradera."
24 El dijo: "Yo he sido enviado sólo a las ovejas perdidas de la casa de Yisrael."
25 Pero ella vino, cayó a sus pies, y dijo: "¡Adón, ayúdame!"
26 El contestó: "No es correcto quitarle la comida a los hijos, y dársela a los perros de la casa."
27 Ella dijo: "Eso es verdad, pero también los perros comen las sobras que caen de la mesa del amo."
28 Entonces Yahshúa le contestó: "Mujer, tú eres una persona que tiene gran confianza. Que tu deseo sea otorgado." Y su hija fue sanada en ese mismo momento.
La Historia que abordamos hoy tiene un doblez. Por un lado comienza con el pedido de una mujer por la salud de su hija, la que estaba muy enferma. Por otro lado la narración deriva en el tema de la Emunah/fe de la mujer y de la inclusión de los no Yahudim/judíos en la salvación traída por Yahshua.
El primer caso supone un milagro de sanación y reclama por la intervención de Yahshua.
El segundo aspecto pone en escena a la mujer, su humildad y su Emunah/fe. Ambos son distintos pero están muy relacionados.
El lugar:
Al decir “saliendo de allí” está refiriendo a la región de Galilea. Va entonces hacia Tzor y Tzidon, dos ciudades puertos sobre la costa del Mar Mediterráneo habitadas por Cananeos pero también por muchos Yahudim/judíos. Eso explica la presencia de Yahshua allí, la que no puede entenderse como la de ir hacia los no Yahudim/judíos sino hacia los Yahudim/judíos que vivían en esas aldeas.
La discusión con la mujer muestra que la primera intención de Yahshua es dirigirse a “las ovejas perdidas de la casa de Yisrael”, es decir, a los Yahudim/judíos alejados de la Toráh. Allí habitaban gran número de Yahudim/judíos que debido a la influencia del medio extranjero iban perdiendo su identidad Yisraelita. A la vez esta mezcla de culturas también había producido cierto sincretismo religioso y mutua influencia. Una prueba de ello es que cuando la mujer llama a Yahshua “hijo de David” evidencia que conoce algunos elementos de la Emunah/fe judía aunque ella misma se reconoce fuera de esa Emunah/fe al aceptar ser parte de los “perros que comen las sobras que caen de la mesa del Amo”.
Desde el punto de vista de una predicación deber estar claro que ella no es judía ni que tampoco es una cananea convertida a la Emunah/fe de Yisrael.
El sentido del texto es justamente que el favor se derrama sobra alguien ajeno al poder de Yahshua, pero con una profunda Emunah/fe y un reconocimiento del poder de ABBA celestial KADOSH YAHWEH manifestado a través de quien ella tiene delante.
Podemos decir que reconoce en Yahshua a alguien que actúa por Rahamin/misericordia y que tiene capacidad de sanar a su hija.
La Sanación:
Sólo al comienzo y al final del relato se menciona este tema. La mujer actúa por desesperación ante el hecho de que su hija está endemoniada. Esta descripción de la enfermedad de la hija era habitual en la época. Podía manifestarse como locura o con violentas actitudes de histeria. Pero también en otros casos simplemente llamaban endemoniado al organismo que estaba enfermo por el solo hecho de estarlo. Se entendía que sentirse mal en forma crónica sólo podía deberse a que el cuerpo había sido abordado por una fuerza sobrenatural que lo dominaba y no lo dejaba desarrollarse sanamente.
Hoy sabemos que las enfermedades son producidas por desequilibrios naturales (físicos o psicológicos), pero la idea de que el causante del mal y la enfermedad es un elemento que puede ser desterrado del organismo no ha cambiado desde entonces, sea este orgánico o de carácter psíquico. Así la madre clama para que Yahshua utilice su poder para erradicar la enfermedad del cuerpo de su hija.
Mientras que temáticamente el desarrollo de la narración deriva hacia el tema del derecho a recibir una bendición de parte de Yahshua, al final del pasaje éste resuelve el problema de salud que ella le plantea. La frase que utiliza es “Que tu deseo sea otorgado”. Son muy sugestivas estas palabras de Yahshua porque no aluden a la hija sino a la madre. Lo que dicen es que le concede lo que ella desea, es decir, se enfatiza la voluntad de la madre. Yahshua ha valorado la pasión con que esta mujer ha reclamado por su hija y la Emunah/fe que la ha llevado a pedirle a un desconocido perteneciente a otro pueblo y otra Emunah/Fe aquello que la aqueja.
Como elemento para tener en cuenta en la predicación está el hecho de que en este milagro de sanación la enferma está en un segundo plano. De hecho Yahshua en ningún momento la nombra ni la llega a conocer. El milagro, una vez más, es motivo para resaltar la Emunah/fe y la Rahamin/misericordia de Yahshua haMashiaj.
La discusión:
El diálogo que se desarrolla en el centro temático de este pasaje tiene como protagonistas principales a Yahshua y la mujer cananea, y marginalmente a los Talmidim/discípulos.
Estos últimos intentan deshacerse de ella pidiéndole a Yahshua que la “despida”, es decir, la rechace con motivo de que molesta al gritar detrás de ellos. La respuesta de Yahshua tal como está en el texto es un tanto problemática debido a que si bien no concede a los Talmidim/
discípulos el pedido de rechazarla, hace una declaración clara que limita el acceso de los no Yahudim/judíos a la salvación que él viene proclamando. En ese sentido puede entenderse esta reacción de Yahshua como dirigida no hacia sus Talmidim/discípulos sino hacia la mujer misma, preparando el terreno para el diálogo que continúa.
Si bien el pasuk 24 comienza diciendo “El dijo”, lo que deja claro que se está dirigiendo a los Talmidim/discípulos y afirmando en la dirección que ellos habían solicitado, puede también entenderse que lo hace en voz alta de modo que la mujer escuche. A mi entender la frase que continúa en el pasuk 25 “Pero ella vino, cayó a sus pies” supone que la mujer ha escuchado la declaración de Yahshua que la excluye de los beneficios de su Rahamin/misericordia.
Ante tamaña formulación no le queda otro recurso que caer ante él. Es interesante observar que leído el texto en forma literal y llana la mujer finalmente tuerce la voluntad de Yahshua. Hasta este momento lo que sabemos es que Yahshua no la rechaza pero que tampoco contempla atender su pedido. Explícitamente dice (y es peor si entendemos que ella escucha lo que él dice) que ella no es parte de aquellos a quienes ha venido a atender. Esta singular situación se acentúa en las líneas siguientes. Pasuk 25, Ella clama por ayuda y Yahshua contesta con una dureza no esperada: Pasuk 26 “No es correcto quitarle la comida a los hijos, y dárselas a los perros de la casa”. La agresividad de esta frase no puede soslayarse aunque los motivos que el Adon Yahshua tuvo para decirla pueden ser materia de debate. No estamos acostumbrados a encontrar en el Brit Hadasha textos donde Yahshua ante una persona que clama por Rahamin/misericordia le contesta distinguiendo entre “los hijos” y “los perros”. Los primeros son aquellos pasibles de ser bendecidos mientras que los segundos quedan fuera del ámbito de interés del Reino venidero. Los segundos recibirán el trato de los animales, serán despreciados. Aún hoy – y aunque se lo considere “el mejor amigo del hombre” – sigue siendo como en aquellos tiempos una expresión sumamente despectiva la que cuando es dirigida a una mujer agrega al desprecio la connotación de la prostitución.
Pero esta mujer cananea no sólo es muy inteligente sino que utiliza todos sus recursos para lograr la salud de su hija. Responde a esas palabras derivando la atención hacia los únicos perros que son pasibles de cariño y amor: las mascotas de la casa familiar. Ella coloca el ejemplo de Yahshua (“los perros”) en el único contexto donde estos animales son queridos, mimados y tratados casi como a los propios hijos. De sus palabras se infiere fácilmente que los perros a que ella alude no son despreciables. Estos son perros que no son salvajes pues tienen amos, que viven en una casa pues acceden a los costados de la mesa familiar, que aunque sean las sobras comen de la misma comida del amo.
No es posible inferir de las palabras de Yahshua que él estuviera refiriendo a esos simpáticos perros que tanto aman las personas y que llevan al veterinario cuando los ven tristes o rengueando. Yahshua usó la expresión despectiva tal como hoy también la usamos. La fuerza de la mujer extranjera dio vuelta el argumento del Adon Yahshua.
Las cuatro barreras que vence la mujer:
Esta mujer tiene que vencer cuatro barreras para alcanzar la meta de salvar la vida de su hija.
La primera es la de ser mujer y ser escuchada. Su condición de mujer la limitaba en el acceso a un mundo dominado por los varones.
La segunda es su condición de extranjera. Ya dije que Yahshua no fue hasta allí para dirigirse a personas como ella sino a los Yahudim/judíos habitantes de esas ciudades. Por extranjera no la dejaban acercarse al Adon Yahshua.
La tercera es la barrera impuesta por los Talmidim/discípulos. Estos no querían a una mujer con su lloradera a sus espaldas, clamando por ser atendida por el MOREH/Maestro, Yahshua. Ella distraería el tiempo que él debía dedicar a los suyos.
La cuarta – y quizás la más difícil – fue vencer las palabras del mismo Yahshua que en dos oportunidades cierra el acceso de ella al beneficio de su bendición.
Lo esperable es que una vez que Yahshua da a entender que él no está allí para personas como ella la mujer se decepcionara y abandonara su lucha.
Finalmente el mensaje se centra en la Emunah/fe de la mujer extranjera. Yahshua concede la salud a la hija en virtud de su Emunah/fe y únicamente por ello.
Nos enseña también que Yahshua se sensibilizó – y cambió de actitud – ante la insistencia de ella.
Ella tuvo Emunah/fe en Yahshua aún sin conocer su doctrina en detalle, y el motivo de su tozudez y su Emunah/fe no era otro que el de salvar una vida.
Gracias a la obra de Yahshua en el madero y su resurrección de los muertos por nosotros...
* Podemos contar con Yahshua aún cuando él parezca estar en silencio.
* Podemos contar con él cuando el mundo se burla de nosotros.
* Podemos contar con él aún en los momentos en que nos parezca difícil comprender su palabra.
¿Cómo crees que se habrá sentido la niña del texto de hoy cuando supo todo lo que su madre hizo por ella? ¿Crees que el testimonio de su madre le habrá cambiado la vida? ¿Qué crees que habrán sentido ambas cuando escucharon que la vida, muerte y resurrección de Yahshua eran también para ellas?
Por medio de estas palabras y el poder de ABBA celestial KADOSH YAHWEH en su hijo Yahshua haMashiaj te está invitando hoy a que tengas la misma Emunah/fe que esa mujer cananea. No importa de dónde eres o dónde has estado; él te está llamando. Pon tu Emunah/fe en él y ven a su mesa para recibir lo mejor: su perdón, su vida y su salvación. Así vivirás con la fortaleza y la esperanza que solamente él nos puede dar.
El amor de los padres a sus hijos es importante, pero necesitamos más: la Rahamin/misericordia de ABBA KADOSH YAHWEH, su amor en acción por ti y por mí.
Escúchalo claramente en las palabras de Emunah/fe de la mujer cananea y su hija sanada.
En el nombre de Yahshua haMashiaj, con Emunah/fe y esperanza solamente en él. Amén.
LES INVITO ESCUCHAR LO ESCRITO EN EL ENLACE AQUI A BAJITO:
Shalom ubrahot Amados Ahim.
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