(REFLEXION) LA DESOBEDIENCIA TRAE DESTRUCCION.

De cuando el pueblo de Yisra'el fue congregado por Mosheh el último día de su vida, para renovar el pacto y juramento hecho en Sinaí, se enlista una serie de maldiciones de lo más horrible que podemos imaginar, hay que leerlo para tener idea de lo impactante que resultan pueden leerlo en Devarim perek 28 pasukim 15 al 68.
Pues bien, después de leer todas esas maldiciones que nos vendrán si tenemos en poco la Voluntad del Boreh, la Toráh coloca un caso especial de un varón o mujer con una actitud comprometedora con esta gran revelación.
"Si después de haber escuchado los términos de este juramento (y las maldiciones), alguno de ustedes se cree demasiado bueno y piensa: 'Todo me ha de salir bien, aunque haga yo lo que me dé la gana', él será la causa de la ruina de todos. " ( Devarim ( Dt ) 29:19)
Cuando El ABBA KADOSH se reveló en el monte Sinaí a todo Yisra'el y les confirió su Voluntad por medio de Moshe, todas las demás naciones quedaron bajo maldición a causa de la gran Verdad que Yisra'el estaba recibiendo.
Este estatus del Yisraelita lo colocaba en un nivel en el que sus decisiones tenían consecuencias como se manifiesta en los términos del pacto, si obedecemos la Toráh seremos bendecidos, pero si desobedecemos nos vendrán las maldiciones, aquí se nos habla de la relación especial como la de un varon con su mujer. El ABBA KADOSH se ha comprometido a nunca divorciar a Yisra'el (la mujer), pero ésta puede caer en la tontería de ser infiel, pues una mujer que sabe que nunca será aborrecida nada le impediría ser infiel y cometer actos desagradables, por eso, El ABBA KADOSH fijó estos términos en donde no habrá un exterminio total o divorcio (para buscarse otro pueblo) sino que habrá castigo terrible y tremendo a la falta del compromiso, es en este hilo que la Torah habla de la persona que piensa para sí "todo me irá bien, aunque haga lo que yo quiera" y todos sabemos que hacer lo que uno quiere por extensión es hacer lo contrario a lo que El ABBA KADOSH YAHWEH demanda.
Este Yisraelita no podía ser juzgado en la ignorancia en la que quedaron los Goyim (gentiles), por eso la sentencia de exterminio total en la que la ira del Boreh ha olam YAHWEH cae sobre él.
Es una actitud, sé de la supervisión de YAHWEH, pero no me someto, es como decir, no me llegaran las maldiciones. Lamentablemente Amados Ajim ve Ajaiot y temerosos del Kadosh Elohe Ha Yisra'el, a veces se cae en esta actitud y el juicio que pesa sobre nosotros es tremendo.
Barut hu YAHWEH que tenemos provisión legal para que en nuestro sincero y profundo arrepentimiento no tengamos ni la mínima pizca de volver a ofender a nuestro BOREH. El que dice, pecaré y me arrepentiré en día del Perdón (Yom Kipur) no le son perdonadas las iniquidades, porque el mismo Día de Expiación que quiso usar para justificar el pecado lo condenará, es la misma actitud de quien diga: "iré en mi camino y no me llegarán las maldiciones" tremenda tontería de la mente.
Nosotros estamos condicionados, nuestros antepasados estuvieron bajo el monte y la siguiente generación ratificó el juramento, las maldiciones está ahí para que el miedo haga su función pedagógica de llevarnos a la Voluntad del Boré Olam, para después (que nos llegaron las cosas dichas en la Torah) allegarnos por ahavah y fidelidad completa.
Evitemos esa actitud que lastimosamente he visto en nuestros días, los que gozaron de la Rahamin de redención en la autoridad de nuestro Rabi Kadosh Yahushua y que después tuvieron por poca cosa su sangre, el emisario Shaulo hablaría del gran juicio que hay sobre la cabeza de aquellos que abrazando la Verdad después la despreciaron.
Dichosos los amadores de la verdad, los que reconocen lo dicho en la Torah cuando dice: "Las cosas secretas pertenecen a YAHWEH nuestro Elohim; mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta Toráh. " (Devarim ( Dt ) 29:29)
Amados mios AVINU KADOSH YAHWEH no estipuló estas maldiciones para causarnos dolor, Por el contrario, en su infinita Rahem y ahavah quiso darnos la oportunidad de limpiarnos de nuestras lepras, y en última instancia para perdonarnos de nuestras malas acciones.
El punto principal de estas maldiciones que son cualquier dificultad que atravesamos en la vida es para que podamos ser mejores, y no para resentirnos, fueron diseñados para levantarnos y no para oprimirnos, sobre todas las cosas, los desafíos en la vida nos conducen hacia el camino del arrepentimiento, que es el sendero que nos lleva hacia las bendiciones.
Busquemos y hagamos, pues, la verdad, el camino que nos enseña Yahushúa nuestro Rabi para que alcancemos la vida prometida en la Torah.
Shalom en nombre de su Majestad, Yahushúa, el Melej ha YISRA'EL.